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Cuando Cornell Corrections presentó el listado
de sus accionistas - con inversiones que sobrepasan
el 5% de la empresa - en el informe de gestión
(“proxy statement”) que entregó
a la Comisión de Acciones y Valores (SEC,
por sus siglos en inglés), Dillon Read ya
no figuraba en dicha lista. Si se llegara a presuponer
que Dillon Read, junto con sus diferentes fondos,
funcionarios y directores, liquidó sus acciones
en medio de la segunda oferta pública de
Cornell durante octubre de 1997 y principios de
1998 - cuando se entregó el informe de gestión
-, entonces es posible tomar una pausa en nuestra
historia para estimar las ganancias totales de Dillon
y sus inversionistas. Debemos fijarnos primero en
el hecho de que, al parecer, Dillon vendió
sus acciones cuando Cornell alcanzó una histórica
cotización máxima en el precio de
las mismas .
Historial de precios de
las acciones de Cornell
1996 |
Altas |
Bajas |
Cuarto trimestre
(a partir del 3 de octubre) |
$12
3/4 |
$8
7/8 |
1997 |
|
|
Primer trimestre |
$11
5/8 |
$9 |
Segundo trimestre |
$18 |
$9 |
Tercer trimestre |
$16
3/4 |
$14
7/16 |
Cuarto trimestre |
$20
3/4 |
$15
3/4 |
1998 |
|
|
Primer trimestre |
$24
5/8 |
$19
1/4 |
Segundo trimestre |
$25
7/16 |
$18
1/2 |
Tercer trimestre |
$21
1/16 |
$8 |
Cuarto trimestre |
$19 |
$11 |
1999 |
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|
Primer trimestre |
$19
7/8 |
$13 |
Fuente:
Yahoo! Finance |
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Gráfica cronológica
que muestra los precios
de las acciones de Cornell Corrections
Cortesía de Cornell Companies
Inc. |
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Aunque el gobierno no exigió a Dillon que
revelara los ingresos de sus negocios bancarios
ni las utilidades obtenidas con las inversiones
en Cornell Corrections - entre 1991 y 1998 -,
yo calculo que las ganancias totales de los empleados
de esta compañía, provenientes de
su inversión en acciones de Cornell, eran
de 6.7 millones de dólares, y de 19.4 millones
para los inversionistas de sus fondos, entre quienes
se encontraban sus funcionarios y directores.
Esto representaba un retorno anual sobre la inversión
que oscilaba entre el 35 y el 45 por ciento, aproximadamente.
Este tipo de ganancias se obtiene cuando se compran
unas acciones a un precio de 3.8 millones de dólares,
y se venden - unos años después
- en 29.9 millones, un incremento de casi el 800%
en su inversión. Además, pienso
que Dillon también generó por lo
menos 6 millones de dólares en honorarios
por servicios de banca y asesoría de inversión.
Todo esto dio como resultado un total de 32.1
millones de dólares en ganancias tanto
para Dillon, como para sus directores e inversionistas,
a través de un período de siete
años..
Dillon
Read obtiene beneficios de Cornell |
Dillon
Read obtiene beneficios de Cornell
Corrections: un ejemplo de cómo
se debe calcular el “prison
pop”
Ganancias totales de Dillon,
provenientes de Cornell Corrections:
32.1 millones de dólares
Ver
más... |
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Recuerdo leer algunos materiales publicitarios
del Carlyle Group sobre su éxito en las
compras apalancadas de empresas que tenían
muchos contactos y hacían negocios con
el gobierno federal. Afirmaban haber logrado obtener
rendimientos anuales del 35% en sus inversiones,
cifra que encaja con la escala de rendimiento
que, calculo, Dillon habría recibido con
Cornell Corrections. Si se mira con detenimiento
la historia de Cornell Corrections, es posible
entender qué tipo de inversión logra
rendimientos del 35% para los inversionistas,
a través de acciones de empresas que disfrutan
del aumento de contratos con el gobierno, así
como de los frutos que trae consigo la privatización.
Es fundamental - para entender inversiones como
estas - tener en cuenta, no sólo a las
empresas implicadas, sino también a los
individuos que toman las decisiones claves. En
el caso de Dillon Read, las cabezas claves también
eran inversionistas personales. No sabemos si
la firma - como puede pasar en este tipo de casos
- habría hecho arreglos para que fueran
financiadas sus adquisiciones, en una situación
donde estas cabezas relevantes habrían
podido obtenerlas “sin enganche”.
Lo siguiente es una estimación de sus ganancias
personales:
Ganancias personales de
los siete
inversionistas directos más grandes de
Dillon *
Precio calculado eb $22 dólares por acción
**
INVERSIONISTA
DE DILLON |
ACCIONES |
OPCIONES |
CANTIDAD |
GANANCIAS |
John
P. Birkelund |
39,579
|
3,736
|
$96,990.16
|
$773,748 |
John
Haskell, Jr |
36,730 |
3,505
|
85,382.75 |
722,677 |
David
W. Niemiec |
35,018
|
3,279 |
76,989.51 |
693,406 |
Fritz
Hobbs |
30,455 |
2,803 |
56,986.04 |
613,024 |
George
A. Wiegers |
28,176 |
2,571 |
44,988.85 |
574,883 |
Peter
Flanigan |
28,178 |
2,687 |
48,781.40 |
571,134 |
Kenneth
M. Schmidt |
24,778 |
2,454 |
35,622.38 |
509,494 |
*
No incluye bonificaciones potenciales ni
compensaciones gracias a otras ganancias
provenientes de Cornell Corrections. Se
consideran las opciones como acciones por
motivos de la estimación. Las opciones
van incluidas en las cifras de acciones.
** Promedio de las altas y bajas usadas
en las estimaciones de precios de venta:
24-19 dólares. 5/8 |
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Franklin “Fritz”
W. Hobbs IV,
egresado de Harvard y
Harvard Business School,
era remador premiado en
las Olimpiadas antes de
llegar a la cima de Dillon
Read
(Foto Cortesía
de la universidad de Harvard)
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John H.F. Haskell,
Jr. [80]
El comprador más
grande de acciones de
Cornell Corrections, después
del presidente de la firma,
John P. Birkelund , volvió
a trabajar con este último
y el tercer comprador
más grande - David
Niemic - en Saratoga Partners,
después de que
Dillon fuera vendida.
(Foto por
cortesía de Virtue
Foundation)
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La siguiente tabla calcula cuántas
personas tuvieron que ir a la cárcel por
un largo período, generando, así,
ganacias para Dillon (ya que este había
invertido cuando Cornell no tenía prisiones
ni presos) y sus directivas, con una valorización
en la bolsa de 25,962 dólares, el valor
“por cama” cuando se hizo la oferta
en octubre de 1997.
Número estimado
de personas encarceladas
durante largos períodos, para generar ganancias
a Dillon en la bolsa de valores:
Socio de Dillon |
Personas en prisión |
John P. Birkelund
|
34 |
John Haskell,
Jr. |
31 |
David W. Niemiec
|
30 |
Fritz Hobbs
|
26 |
George A.
Wiegers |
24 |
Peter Flanigan
|
24 |
Kenneth M.
Schmidt |
21 |
Dillon
Read Investments |
1,152 |
Otro cálculo útil es el del número
de contribuyentes que tendrían que trabajar
toda su vida para pagar los impuesto generados
por el incremento de personas encarceladas. Supongamos
que el contribuyente promedio debe pagar 150,000
dólares en impuestos federales durante
toda su vida: según un estudio que llevó
a cabo la Oficina General de Contabilidad (General
Acounting Office, el ente auditor del Congreso,
ahora conocido como "General Accountability
Office", u “Oficina General de Transparencia”)
en 1996, es posible saber que los gastos totales
anuales por cada preso, de nivel federal, estatal
y local, eran de aproximadamente 154,000 dólares.
Esto quiere decir que diez contribuyentes tendrían
que trabajar toda su vida para pagar los gastos
de un solo preso con una sentencia obligatoria
de diez años. Con base en estos cálculos,
la siguiente tabla calcula cuántas personas
tendrían que trabajar toda su vida para
pagar los impuestos que financian los encarcelamientos
que aumentan las ganancias de Dillon provenientes
de Cornell Corrections.
Número estimado de personas que tendrían
que trabajar toda su vida para pagar impuestos
destinados a financiar los gastos de las personas
encarceladas durante largo tiempo, generando así
más ganancias a Dillon dentro de la bolsa
de valores:
Socios de Dillon |
Contribuyentes |
John P. Birkelund
|
340 |
John Haskell,
Jr. |
310 |
David W. Niemiec
|
300 |
Fritz Hobbs
|
260 |
George A.
Wiegers |
240 |
Peter Flanigan
|
240 |
Kenneth M.
Schmidt |
210 |
Dillon
Read Officers and Directors Investing |
11,523 |
El proxy entregado a las SEC por Cornell, en marzo
de 1998, genera preguntas concernientes al origen
de los fondos con los que compró Dillon
Read, por un precio que generó decenas
de millones de dólares en ganancias (más
que su inversión de riesgo). A continuación
se enumeran varios nuevos accionistas importantes:
J&W
Seligman
100 Park Avenue
New York |
5.7% |
Alliance
Capital
c/o the Equitable Companies
1290 Avenue of the Americas
New York |
5.5% |
AMVESCAP
11 Devonshire Square
London |
5.3% |
Cuando Cornell Corrections entregó su proxy
en el año siguiente - 1999 -, tanto AMVESCAP
como Alliance, habían alcanzado un 9% de
las acciones en circulación.
Según los documentos, es posible suponer
que - de una forma u otra - estos inversionistas
fueron muy útiles para que Dillon Read
se liquidara en (o cerca de) el momento donde
el precio de las acciones de Cornell alcanzó
su nivel más alto.
John Haskel, el segundo inversionista independiente
más importante para los funcionarios y
directores de Dillon, era miembro de la junta
directiva de Equitable. Pronto, Alliance Capital
se haría mucho más visible debido
al papel que jugó en el uso de fondos de
pensiones de la Florida para comprar acciones
de Enron, mientras que uno de sus ejecutivos (y
miembro de la junta directiva de Lockheed Martin),
Frank Savage, también estaba en la junta
directiva de esa compañía y trabajaba
en su comité de finanzas. [81]
Otra prueba de lo pequeño que es el mundo,
es la relación entre el accionista europeo
más importante de Cornell, AMVESCAP y RJR.
En 1999, AD Frazier, Presidente de INVESCO, se
unió a la junta directiva de R.J. Reynolds
Tobacco Holdings. El comunicado de prensa identificaba
a Frazier como miembro de la junta directiva de
la compañía matriz de INVESCO: AMVESCAP.
El
proxy del 2003 de RJR, entregado después
de que se presentaron las demandas de la Unión
Europea, identifica INVESCO como el tercer accionista
más grande, con 5.6% de acciones en circulación.
El del 2004 de esa misma compañía,
muestra a INVESCO de Londres con 11%, y a INVESCO
North American Holdings con su propio 11%. Entre
tanto, El proxy del 2005 muestra a INVESCO de
Londres con 6.3% y a AMVESCAP de Londres con 6.23%.
Lo que significa que cuando uno de los ex banqueros
de inversión de RJR Nabisco - miembro de
Dillon Read - y sus inversionistas, ganaron unos
30 millones de dólares liquidando sus valores
en una empresa de prisiones privadas, los vendieron-
directamente o indirectamente - a uno de los principales
inversionistas de la misma compañía.
Me pregunto qué diría el fantasma
de Barry Seal frente a qué tendría
que ver todo eso con los supuestos 5 mil millones
de dólares en drogas - que pasaron por
un pequeño aeropuerto en Arkansas - y quién
era el responsable de reinvertir ese dinero. Me
pregunto qué dirían Lour Gestner,
el presidente de RJR, además de Henry Kravis
y George Roberts - los principales inversionistas
de esta compañía -, si se les diera
suero de la verdad, sobre quién podría
ser el responsable de reinvertir el dinero sucio
supuestamente lavado con las ventas de cigarrillos
de RJR.
La Universidad Brown: liquidando su inversión
en Cornell Corrections
En el prospecto de Cornell, cuando Dillon Read
dirigía su segunda oferta de acciones,
el 10 de octubre de 1997, el Fondo del Tercer
Siglo de la Universidad Brown figuraba como accionista,
con 88,818 acciones, de las cuales 28,818 se iban
a vender en dicha oferta. John Birkelund, el presidente
de Dillon Read, llevaba mucho tiempo como síndico
de la Universidad Brown. El precio en la oferta
de 1997 era de 19 5/8 dólares por acción.
Si el beneficio para Brown consistía en
la diferencia entre el precio de 1997 y el precio
de oferta de 1996 - de 12 dólares por acción
-, hubiera generado una ganancia de 677,237 dólares
en ese solo año. El rendimiento de la inversión
de Brown, según estas suposiciones, habría
sido de un estupendo 63.5%. Si hubiera vendido
las acciones cuando llegaron a su valor máximo
después de la oferta, en el momento en
que Dillon apareció, este rendimiento habría
sido aun más alto.
El numero de personas que había que encarcelar
durante varios años para generar tales
ganancias, según las suposiciones anteriormente
explicadas, era de 67. Así, una estimación
de la cantidad de hombres y mujeres en los EE.UU.
que tendría que trabajar toda su vida -
para pagar los impuestos a través de los
que encarcelan a estas 67 personas - sería
de 670 contribuyentes.
La Universidad Brown también se beneficiado
del éxito de John Birkelund en Dillon Read,
incluyendo el de Cornell Corrections, a través
de sus donaciones y trabajo para recolectar fondos
(esta es una de las funciones principales de un
miembro del consejo de administración de
una universidad en Estados Unidos). Típicamente,
financiar una cátedra en una universidad
requiere una donación mayor a un millón
de dólares, e incluso más. Según
el sitio web de Brown, existe allí un profesor
distinguido en la cátedra de historia “John
P. Birkelund”: Omer Bartov.
Omer Bartov, docente de historia y profesor distinguido
en la cátedra “John P. Birkelund”
de Historia Europea de la Universidad Brown. (Foto
cortesía de la Universidad Brown).
El profesor Bartov es experto sobre el genocidio.
Entre sus publicaciones enumeradas en el sitio
web de Brown se encuentran:
- In God's Name: Genocide and Religion
in the Twentieth Century (“En
nombre de dios: el genocidio y la religión
en el siglo XX”), volumen editado con
P. Mack (Berghahn Books, 2001).
- Mirrors of Destruction: War, Genocide,
and Modern Identity (“Espejos
de la destrucción: la guerra, el genocidio,
y la identidad moderna”, Oxford UP, 200).
- The Holocaust: Origins, Implementation,
Aftermath (“El holocausto: orígenes,
implementación, consecuencias”),
volumen editado (Routledge, 2000).
- Murder in Our Midst: The Holocaust,
Industrial Killing, and Representation
(“El asesinato entre nosotros: el holocausto,
la matanza industrializada, y la representación”,
Oxford UP, 1996).
Para el segundo semestre de 2005 el Profesor
Bartov dictó un curso llamado “El
genocidio moderno y otros crímenes de lesa
humanidad”. Su contenido era el siguiente:
“La aparición, la evolución,
las variedades y las causas subyacentes de la
confrontaciones con el genocidio y otros crímenes
de lesa humanidad en el siglo XX: el genocidio
en los imperios colonialistas; Turquía
bajo los otomanos; Alemania bajo los nazis;
Camboya, y Rwanda; el asesinato de los discapacitados;
masacres en tiempos de guerra; los crímenes
masivos del comunismo oficial; la “limpieza
étnica”; argumentos morales de
los crímenes de lesa humanidad y el papel
del racismo en los mismos; políticas
de retribución y restitución”.
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Omer Bartov,
docente de historia y profesor
distinguido en la cátedra
“John P. Birkelund”
de Historia Europea de la Universidad
Brown. (Foto
cortesía de la Universidad
Brown). |
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El profesor Bartov también es miembro
del Comité de Brown sobre la Esclavitud
y la Justicia, cuya misión se describe
en el sitio web de la universidad así:
“Bienvenido al sitio web del Comité
de la Universidad de Brown sobre la Esclavitud
y la Justicia. El comité fue designado
en el 2003 por la rectora Ruth Simmons y se
encarga de ‘organizar eventos académicos
y actividades que podrían ayudar a la
nación y a la comunidad de Brown a que
piensen profunda, seria y rigurosamente en cuanto
a las cuestiones planteadas en el debate nacional
sobre la esclavitud y las reparaciones para
las víctimas. Como institución
que tenía entre sus primeros benefactores
tanto traficantes de esclavos como abolicionistas
pioneros, Brown tiene una relación estrecha
con la historia de la esclavitud norteamericana.
Esta historia nos da, en palabras de la rectora,
‘una oportunidad especial y una obligación
especial’ para contribuir a este debate
continuo”. [82]
Un comunicado de prensa del 2003 con respecto
a uno de los artículos del profesor Bartov,
describe su trabajo en los siguientes términos:
“Durante todo el último siglo,
la comunidad académica jugaba un papel
destacado en proveer la justificación,
así como en suministrar el conocimiento
y el personal, para la perpetración de
violencia masiva dirigida por el Estado, según
una nueva investigación de un historiador
de la Universidad Brown. Omer Bartov, profesor
distinguido en la cátedra ‘John
P. Birkelund’ de Historia Europea, citó
incidentes de limpieza étnica, genocidio
y terrorismo - que fueron legitimizados y apoyados
por académicos - en su artículo
‘Violencia extrema y la comunidad académica’,
publicado en el ejemplar actual del Internacional
Social Science Journal. ‘Hay que recordar
que los académicos y los intelectuales
frecuentemente se han encontrado a la vanguardia
en el apoyo a los crímenes masivos y
a la inhumanidad. Además, muchas veces
se han destacado por su extraordinaria ceguera
política e insensibilidad moral’,
escribe Bartov. ‘Ignoramos las implicaciones
de esto por nuestra propia cuenta y riesgo’”.
Investigando el trabajo del profesor Bartov,
publicado en internet, no se han podido encontrar
indicios de sus reflexiones con respecto a las
ganancias fáciles de Brown gracias a Cornell
Corrections, sobre las posibles fuentes de los
fondos para financiar una cátedra “John
P. Birkelund” en historia europea, o en
lo que tiene que ver con los hechos y circunstancias
de la riqueza de Birkelund, incluyendo los honorarios
y beneficios de RJR Nabisco y Cornell Corrections.
El profesor Bartov fue contactado vía
electrónica, a finales de noviembre de
2005, por medio de su e-mail Omer_Bartov@brown.edu,
para pedirle un comentario, y hasta la fecha no
ha respondido.
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